De Carlos "Perfil" Debernardi
JUEVES 16.04.2020
Como
nos han obligado a practicar el ostracismo sin haber cometido delito alguno,
este “humildísimo” escriba está a punto de abandonar este portal periodístico
para ganarse la vida como faquir.
Empecemos
con HIPICA. La primera noticia nos
conmocionó: fue el deceso de otro amigo: Pablo Alquinta (90), en Santiago de Chile, debido a los achaques de
su edad y no de la actual pandemia. Es decir, dejó esta ex villa del Señor por la ahora Villa del Coronavirus.
Así
como Aníbal Prado fue “el dueño de la Panamerica” por ganar
sus carreras de recta pegado – sin temor alguno – a las granadinas. A Pablito
se le conoció como “El Rey de la Recta” (a las que el negro Fernando se opuso desde los inicios) pues fue muy inteligente para
conducir sobre esa distancia. El, que
era muy buen partidor, afirmaba algo en los primeros 250 sin perder de vista a
los punteros. Al llegar a los 250 finales alzaba las riendas y armando a su cabalgadura
se echaba “tablita” pegando 2,4 huaracazos – no seguidos – bajo la panza, cerca
del posterior (no en el anca). De esta manera él remataba en 11” mientras sus
rivales lo hacían en 12” (igual conducía Sergio
Vera en distancias cortas, desde Santiago).
Nosotros
que fuimos amigos de Pablito, cuando ganaba él y no apostábamos a su caballo,
le decíamos – mostrándole el boleto perdido – “Pablo, me estás debiendo plata” y él nos respondía: “Por eso pues. Por qué no me preguntaste
antes de hacer el cánter” (eso en jerga chilena es: cojudo).
Pablito
que murió pobre, a pesar de la gran cantidad de fotos que se tomó, de vez en
cuando recibía la visita de 2 jinetes A-1 de la guardia vieja chilena que
actuaron en San Felipe y Monterrico:
Jorge “Membrillo” Guajardo y el ex flaco
y larguirucho José Atala (Jinete de
Parsing y compadre de Erasmo Quiñonez) quien está bien de fichas, pues es
comerciante mayorista en carnes de res. Los otros 5 grandes látigos chilenos
que actuaron con él en su época ya
fallecieron: Augusto Soto (aquí en
Lima), Marchesini , Adolfo González,
Antón Vásquez, Guillermo Silva y el
“Checho Vera” (los 3 últimos también nuestros “brothers”). Aquí no contamos
al gran Pancho Irigoyen al que lo
vimos de niño, antes que del todo se vaya a Brasil y al “Negro” L.A. Díaz (2 monstruos).
También del buen Pablo recordamos 3
cositas: 1) Fue él el primero en
usar guantes para conducir, pues tenía las
palmas de las manos muy delicadas (no por huachafo, si no que las tenía
cuarteadas; 2) Tenia “un ritual”: Antes
de conducir, solapadamente bebía un par de sorbos
de whisky que tenía caleta en su casillero, luego entregaba el llavero a su
secretario. Los martes y jueves –
sobre todo en invierno – un par de sorbos antes de cada carrera para
contrarrestar el frío y el viento en contra, además que no se usaban los
chalecos protectores de ahora. Pero los sábados
y domingos un par de sorbos con la primera monta y 2 más antes de conducir
en el clásico (“para pensar mejor”).
También
de picón, recordamos una muy buena. Esto fue cuando le esputamos un “Oye, Pablo: Me han contado qué en recta,
corres con pila” Su respuesta fue un “Si,
flaco rosquete. Así es. Yo corro ¡con una pila de huevones!” (la broma se
la hicimos porque él tenía sentido del humor).
Nuestras condolencias a su hijo Gonzálo (que también tiene algo
cuarteadas las manos) al que siempre lo llamaba para saber cómo iban sus
preparados) además de otros familiares y los pocos amigos que ya le quedaban en
Lima, como el “Colorado” Toutin. (Chao
Pablito. Dentro de algunos lustros nos juntaremos arriba. Guárdanos un
sitiecito).
UN SI DIGO: Tanto le gustaba Perú a
Pablo que despreció gran contrato que le ofreció stud muy grande de Buenos
Aires y más bien recomendó a Víctor Rolando Centeno (“Papayita”) que con él no pasaba nada en Lima y triunfó en
Argentina. Tampoco eran A-1 los chilenos Orlando
Castillo y Hernán Obregón.
Mañana
viernes 17 de Abril recordaremos 2 cosas: A) Es el día Mundial del mejor vino
tinto, el Malbec, elaborado con uvas
especiales oriundas de un vallecito del sur francés y adoptado por la provincia
Argentina de Mendoza. Allí es la mejor cosecha de esta delicia en toda América.
En Perú el mejor lo hace Tacama
(cuyo propietario se lanzará a la presidencia en abril del 2021, pero que como
congresista es fijo por Ica).
Y
como esta humilde pluma, aparte de cronista hípico, analista político, asesor
sentimental, consolador de damas deprimidas y abandonadas (pero A-1) y sommelier (entre otras cosas) debería beberse unas copitas
de esta exquisitez leyendo o escribiendo como lo hace todos los 17 de abril.
Pero el estrés, angustia, depresión, ansiedad y misiedad… lo impedirán!
B)
Mañana se cumple un año del suicidio del ESTADISTA
Alan García. Con él estuvimos como sub secretario de Prensa de 1985 a 1990
(el Secretario de Prensa de la Presidencia de la República era el ya difunto Víctor Tirado). Nuestro papel en la
oficina que compartíamos con nuestro gordo jefe, era de “todo terreno”: asistente, coordinador, redactor, analista y asesor. La
oficina – con 2 secretarias en recinto cercano _ estaba en el 3er piso,
exactamente encima del despacho del “compañero presidente” con una ventana que
daba al Patio Sevillano, y precisamente a la altura de la higuera que Francisco
Pizarro sembró. La higuerita ya estaba viejita, ya no daba ni higuitos
chiquitos y estaba apuntalada por un palo grueso para que no se vaya a caer. No
obstante que las higueras no necesitan mucha agua, el jardinero la regaba de vez
en cuando y nosotros todos los días lo primero que hacíamos antes de saludarlo
a Tirado, era ver con admiración y tristeza el para nosotros venerado arbolito.
Claro, esto era a la una de la tarde – por la bohemia diaria – en lugar de
hacerlo a las 9a.m. (conchudamente llegábamos a la hora del almuerzo, no
obstante que vivíamos en ese entonces a 3 cuadras).
Tenemos
tantas anécdotas que contar como por ejemplo que, a la hora del lonche, Tirado
nos decía: “Perfil, ahora estoy bruto.
¿Qué te provoca para llamar a los coleguitas? Esto era para fabricar las
“cortinas de humo” de vez en cuando, pues Víctor las hacía y a veces al “al
limón” (entre los 2). Unas “cortinas mejores que las que vendía el buen Beto
Levy en Hogar. Esas eran señoras
cortinas no como ahora todo es Magaly, Gisella, Yahaira, la blanca de
chucuito (Melissa Klug), Angie Jibaja, “Esto es Guerra” y toda la “Putilandia” de la
televisión… aparte de la sarta de
mentiras de un ingeniero civil de apellido Vizcarra.
También
había días que Tirado nos decía; “Perfil,
hazte un comentario sobre este tema”. Nosotros le respondíamos: “Oye, “Joseph” ya me escuchaste a la hora
del almuerzo”. El gordo replicaba “¡por escrito!”. Lo que sucede es que
Alan le decía al gordo: “Víctor, quiero saber por escrito que opina tu chupe “Perfil”.
Es decir, teníamos que escribir “en seco” (para una sola persona)… y él ¡por
qué le decíamos Joseph a Tirado? Porque él se autoconsideraba Joseph Goebbels (Ministro de propaganda
de Hitler) de Alan. Para tal efecto le decíamos: “Goebbels era rengo (algo
cojo), flaco e ¡inteligente! Y tú
eres lo contrario”. Por tal motivo nos amenazaba con botarnos y nosotros le
contestamos al buen Víctor: “No me hagas cosquillas”.
En
cuanto a Alan, que se suicidó por dignidad (como dijo Mauricio) y no por cobarde, si no lo hacía, la
“organización” comandada por Vela con
su chupe J.D.Pérez, empujados por
los enemigos políticos de Alan, que lo
escarbaron ¡17 años!, iba a salir enmarrocado de su casa y publicitado por
toda la prensa mundial, con un “a cuenta” de 36 meses y luego 27 años más en la
jaula. Nunca! Le probaron nada en 17 años y Atala con Nava ¿Por qué no lo denunciaron cuando estaba vivo?
Finalmente,
les prometemos que este domingo SI
les contaremos infinidad de anécdotas
íntimas que el público no las sabe. Y sobre la política pandémica del Señor
Vizcarra, que miente hasta durmiendo.
También “de la manito” con nota sobre Alan haremos un verdadero y amplio informe de lo enredados y equivocados que están
los Vizcarra boys. Será como para que se les paren los pelos de punta.
Ah!
y sobre la reapertura de las carreras… TAMBIEN!
Chao,
hasta el domingo, CARLOS “PERFIL”
DEBERNARDI (El Sol de Monterrico).
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